La Sinfonía n.º 5 en do menor, Opus 67 de Ludwig van Beethoven fue compuesta entre 1804 y 1808. Desde su estreno en el Theater an der Wien de Viena el 22 de diciembre de 1808, dirigida por el compositor, la obra adquirió un notorio prestigio, que aún continúa en la actualidad. De hecho, se trata de una de las composiciones más populares y conocidas de la música clásica, y una de las más interpretadas del autor.
Tiene la forma usual de la sinfonía clásica, en cuatro movimientos: empieza con un allegro de sonata, continúa con un andante y finaliza con un scherzo ininterrumpido, que comprende las dos últimas partes (scherzo y finale). Comienza con un motivo muy característico de cuatro notas 'corto-corto-corto-largo' (ta-ta-ta-taa), repetido dos veces
La sinfonía, y este motivo en particular, son conocídisimos mundialmente.
La obra fue comisionada por el conde Franz von Oppersdorff en junio de 1807, complacido por la Sinfonía n.º 4 que también había encargado. Le pagó en total 500 florines, primero un adelanto de 200 y el resto en noviembre de 1808, cuando Beethoven le entregó la partitura completa, y le otorgó el uso exclusivo por seis meses. Sin embargo, dedicó la sinfonía a dos de sus patrones y amigos, al príncipe Joseph Franz von Lobkowitz y al entonces conde Andrey Razumovsky. Oppersdorff no volvió a comisionar más obras a Beethoven.
Hubo poca respuesta crítica en el estreno, que tuvo lugar en condiciones adversas. La orquesta no tocó bien - sólo tenía un ensayo antes del concierto - , la sala de conciertos era muy fría, y la longitud del programa terminó por agotar al público. Sin embargo, un año y medio después, otra ejecución generó una crítica entusiasta de E.T.A. Hoffmann en el Allgemeine Musikalische Zeitung. Describió la música con imágenes dramáticas:
Luces radiantes son lanzadas hacia la profunda noche de esta zona, y entonces advertimos en las sombras gigantescas que, oscilando hacia adelante y hacia atrás, se acercan hacia nosotros y destruye todo lo que hay dentro de nosotros excepto la angustia del eterno anhelo - un anhelo que en cada placer que surge en sonidos jubilosos termina por hundirse y sucumbir. Sólo a través de este dolor, que, mientras va consumiendo mas no destruyendo al amor, a la esperanza y la alegría, intenta hacer estallar nuestros pechos con un lamento total lleno de voces de todas las pasiones, y vive en nosotros y somos cautivados por los guardianes de los espíritus.
La Sinfonía pronto adquirió su condición de pieza central en el repertorio. Como emblema de la música clásica, si lo fue, la Quinta fue tocada en los conciertos inaugurales de la Orquesta Filarmónica de Nueva York el 7 de diciembre de 1842, y en el de la Orquesta Sinfónica Nacional de Estados Unidos el 2 de noviembre de 1931. En Latinoamérica el concierto inaugural de la Orquesta Sinfónica Nacional del Perú en 1938 en el Teatro Municipal de Lima, bajo la dirección de Theo Buchwald incluyó la Quinta Sinfonía. Marcando un punto de quiebre tanto por su impacto técnico como emocional, la Quinta ha tenido una gran influencia en los compositores y los críticos musicales, y ha inspirado la obra de compositores tales como Johannes Brahms, Piotr Ilich Tchaikovsky (en particular en su Sinfonía n.º 4), Anton Bruckner, Gustav Mahler y Hector Berlioz. "Cada sinfonía significativa desde entonces ha sido escrita bajo su influencia o como reacción en contra de ésta". La Quinta permanece junto a las Tercera y Novena Sinfonía como la más revolucionaria de las composiciones de Beethoven.
La sinfonía cuenta con cuatro movimientos:
Allegro con brio
Andante con moto
Scherzo: Allegro
Finale: Allegro
Les presento la Quinta sinfonía de Beethoven, dirigida por el gran director Carlos Kleiber, a cargo de la orquesta Filarmónica de Viena. Una grabación considerada a menudo "versión definitiva".
Carlos Kleiber (Berlín, 3 de julio de 1930 - Konjšica, Eslovenia, 13 de julio de 2004) fue un director de orquesta nacido en Alemania y posteriomente nacionalizado austríaco. Hijo del director de orquesta austríaco Erich Kleiber y de la estadounidense - de origen esloveno - Ruth Goodrich, el pequeño Carlos demostró desde muy temprana edad aptitudes innatas para la música durante su infancia. Debido a las tensiones existentes entre Erich Kleiber y el régimen del III Reich, el director renunció a su puesto al frente de la Ópera Alemana de Berlín y se exilió en Buenos Aires, Argentina, país que ya había visitado durante varias de sus giras por el continente americano (1926, 1927, 1928) y donde conoció a su esposa, la madre de sus hijos Carlos y Verónica. En Argentina, Karl Kleiber se convirtió en Carlos Kleiber.
Carlos comenzó sus estudios musicales en Buenos Aires, aunque su padre se opuso frontalmente desde un principio a que su hijo se dedicase profesionalmente a la música en general, y a la dirección de orquesta en particular. Carlos debutó a los 20 años en el Teatro Colón y el Teatro Argentino de La Plata, regresando poco después a Suiza donde estudió Química para complacer a su padre.
En 1953, con 23 años, regresa a Europa y trabaja en el Teatro Gärtnerplatz de Munich. Sólo firmó contratos fijos con las orquestas de Postdam, Zúrich, Stuttgart y Düsseldorf en la Deutsche Oper am Rhein en 1966 y su nombre comenzó a disputarse entre las grandes orquestas europeas.
Con el tiempo, Carlos se convirtió en el más elusivo y requerido de los directores de orquesta de la última mitad del siglo.
Al deceso de Herbert von Karajan le fue ofrecido sucederlo al frente de la Orquesta Filarmónica de Berlín pero el rechazó la oferta. Nunca concedió un reportaje y cancelaba sus actuaciones a menudo. Es una figura de culto.
Casado con la bailarina Stanislva Brezovar (1937-2003), tuvo dos hijos, Marko y Lilian.
Al morir su esposa, la vida de Kleiber se apagó rápidamente muriendo meses después. Ambos están enterrados en Litija, Eslovenia.
http://www.mediafire.com/download.php?lzjzuvjy1yj
Que la disfruten, como la gran obra de la música que es.
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